Buenas
y santas!”- Como saben hoy es domingo y toca el “Invadiendo Blogs” de la CBA.
Soy Nico del Blog: www.librosenlalitera.blogspot.com. En este proyecto somos
invasores de otros blogs aportando una entrada. Hoy me toca LuLu =). Espero les
guste, eh elegido una reseña. Saludos!!!
Reseña
“EL
CHICO SOBRE LA CAJA DE MADERA “
AUTOR:
LeonLeyson
con: Marilyn J Harran y Elisabeth Leyson
VOLUMEN: 125 PAG
EDITORIAL: V&M
SINOPSIS:
LeonLeyson y sus días de padecimientos
durante tiempos de la segunda guerra mundial siendo un niño y un adolescente judio
narra el terror de la supervivencia, el ser elegido como uno de los integrantes
de la lista de Schlinder, permanecer junto a su familia; perder todo lo que era
normal por el simple hecho de ser judío. Este libro no describe las aventuras
de juego de un niño común y corrientes sino de un luchador por la vida. Sus
tiempos en la fábrica Emalia, sus días en los campos de concentración y el final
de tan trágica época.
OPINION
Libro
corto de lectura muy rápida con descripciones muy vividas y vista desde los
ojos de un niño, el retrato del terror nos deja una gran enseñanza.
Un
libro muy recomendable, las palabras finales son excelentes. Testimonios de su
familia completan esta crónica. Imágenes que complementan al relato del libro
incluyen la verdadera lista de Schlinder, su pasaporte de refugiado y retratos
de familia. Si viste la película de Spielberg no te pierdas este libro.
FRAGMENTOS: (SPOILEANDO)
«Haz lo que te
digan. No causes problemas. Muestra que vales. Sobrevive».
Mientras tanto,
en Cracovia, los alemanes cerraban aún más su cerco sobre nosotros. Los padres
judíos ya no podían reconfortar a sus hijos con la frase «pronto terminará», y
en cambio la reemplazaron por «Si esto es lo peor que puede pasar…». Mi madre y
mi padre también adoptaron esa frase como una herramienta de supervivencia, tal
vez como un modo de apartar los pensamientos negativos. Cuando fuimos obligados
a entregar nuestro receptor de radio a los nazis, repetimos silenciosamente
aquellas palabras; cada vez que un alemán se nos acercaba susurrábamos «Si esto
es lo peor…».
Para ellos, ser
judío no tenía que ver con nuestras creencias sino con lo que ellos llamaban «raza».
Eso no tenía ningún sentido para mí, e incluso me preguntaba cómo podían ellos
mismos creerse semejantes contradicciones. Si realmente se hubieran tomado el
trabajo de mirarnos, habrían visto seres humanos iguales a ellos: algunos con
ojos azules, otros de color café. Habrían visto familias como las suyas: hijos
e hijas, madres y padres, médicos, abogados, maestros, artesanos y sastres,
individuos de toda clase.
No había manera
de «empatar» con los nazis, no importaba qué hiciéramos. Todo lo que yo quería
era recordar aquellas horas por siempre, grabar en mi memoria la visión de
aquellos soldados, antes orgullosos, que ahora avanzaban desordenadamente,
derrotados.
A medida que el
tren se dirigía al este, me permití hacer algo que no había hecho en mucho
tiempo: pensar en el futuro. Durante los últimos seis años, imaginar el futuro
significaba únicamente pensar cómo sobrevivir a la siguiente hora, cómo
encontrar la próxima migaja de comida, cómo escapar del próximo roce con la
muerte.
CALIFICACION
5/5
E.N.E
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